Sexta entrega.
Por MiTre
Tranquilo el sexagenario repasó los hábitos que cambió por el encierro que derivó de la pandemia por el coronavirus. Desde el rincón preferido de su casa (porque todos tenemos uno) fue recordando cómo lo hacía antes de la cuarentena y las derivaciones que ocurrieron después de casi siete meses (se van a cumplir el 20). Hubo cambios. Algunos para bien. Se hicieron (los hábitos) más saludables y con ello el sexagenario fue transitando los días con mucha más confianza.
Como por ejemplo con el uso del auto. Antes vehículo de uso diario para ir a trabajar, pasear o realizar una tarea específica lejos del hogar (si era cerca caminaba). Ahora, vehículo que apenas se usa un par de veces por semana, para algo concreto. Considerable ahorro de combustible. Y mucha caminata por el barrio.
Eso sí, como el sexagenario es muy cumplidor de obligaciones y tenía que hacer la VTV, batalló hasta que encontró un turno. Fue igual -un mes después de lo que correspondía, pero no hubo manera de conseguir turno antes- porque leyó que los vencimientos se postergaron hasta el 31 de octubre. Ingrata sorpresa se llevó al comprobar que le cobraron ($1180) turno vencido. ¿Por qué? Le dio bronca. Le aplicaron todo el rigor de la ley aunque los vencimiento están suspendidos. Será una picardía. Ya fue, otro tema.
El sexagenario se acomodó y siguió con sus cosas al amparo del clima que mejora día a día e invita a disfrutar más esperando que llegue la manera de volver a la habitualidad. ¿Cuándo será?